Las elecciones están a la vuelta de las esquina, la contienda está desatada y los candidatos al deshilachado sillón alcaldicio desparraman «promesas a los cuatro vientos» con tal de ablandar el corazón de los votantes, esos votantes incautos, con memoria de corto plazo y, por que no decirlo, con poco o nada de criterio.
Y es que después de prometer una firme fiscalización y asegurar el cuidado de los fondos del municipio, fondos que le pertenecen a todos los ciudadanos que dependen de la «Ilustre» Municipalidad de Natales, el ahora ex Concejal Marcelo Contreras Soto, apelando a la memoria de corto plazo, sale a prometer «Obras, Empleo, Desarrollo y Compromiso» a los ciudadanos de la comuna, pero haciendo especial énfasis en la Villa Renoval, que junto a Puerto Edén, has sido olvidados o postergados por varias administraciones municipales.
La pregunta que está más que clara aquí es… ¿Cómo le puede Ud. creer a un candidato que prometio fiscalización y mano dura con los controles en su calidad de Concejal, cargo en el que brilló por su poca o nula fiscalización ante el descalabro y actuar errático de Oyarzo y compañía?
En su cargo como como Concejal, no hizo mucho mas que ir a inauguraciones y comer muchas tortas, pero de hechos relevantes a su labor fiscalizadora, poco o nada.
Como Ud. podría votar por alguien que solo esboza promesas vestidas de unicornios brillantes y coloridos, promesas que llegan a tocar temas sensibles como el abandono, el trabajo y bienestar de los ciudadanos, pero por sobre todo, la gran promesa de levantar a Puerto Natales del sumidero en el que se encuentra actualmente.
Sinceramente el actuar de los políticos hoy no asombra a nadie y es que pareciera que la vergüenza es algo que no conocieran, algo que está para refregar a los demás, pero que para sí, no implica mayor relevancia.
Este es el país que tenemos hoy en día, donde los políticos juegan con las esperanzas de los votantes para llegar a hacerse de un elegante sueldo, que digamos las cosas como son. dejan en los cuatro años de gestión, la no despreciable suma de poco menos de 400 millones en el bolsillo, que no seria reprochable si cumplieran con su trabajo y no llegaran, como todos lo han hecho, a servirse de lo que encuentran, acomodar amigos y pagar favores con el dinero de todos.
Habiendo dicho lo anterior, queda la tranquilidad de que la otra candidata potente para hacerse con el Botín, tiene todas las de ganar y será ella la que le eche la culpa a la «gestión anterior» por no poder cumplir con las promesas.
Para cerrar este breve escrito, me gustaría rescatar las palabras de un gran colaborador que en su momento tuvo el placer de tener esta publicación, Don Alfredo Fernández… En una de tantas charlas nocturnas en las que analizábamos el trajín de la política local, un día me dijo: «Los pueblos tienen a los políticos que se merecen, ni más, ni menos»
