La pérdida gestacional muchas veces puede ser subestimada por la sociedad frente a un desconocimiento de los efectos físicos y secuelas psicológicas en las mujeres. Mariela Jana, psicóloga perinatal del Centro de Atención Psicológica (CAP) de la Universidad Gabriela Mistral, analiza los efectos de este proceso y los componentes de un debido acompañamiento.
Recientemente en Alemania se conoció la iniciativa parlamentaria en trámite que posibilitaría a las personas gestantes optar -voluntariamente- por la licencia de postnatal, en caso de que sufra de una muerte gestacional posterior a las 13 semanas de gestación. El proyecto de ley reconocería así no sólo la necesidad de las madres de un tiempo y espacio de intimidad para vivir su duelo y recuperación física, sino también a reconocer el proceso de gestación y el vínculo afectivo entre madre y bebé.
En Chile, desde la implementación en 2021 de la Ley 21. 371 (conocida como “Ley Dominga) permite a las madres/personas gestantes y a sus parejas acceder a un permiso laboral pagado de 7 días hábiles, si es que su hijo/a fallecido es menor a 22 semanas de gestación o 500 gramos de peso. En caso de que el fallecimiento ocurra posteriormente a las 22 semanas (o exista un peso mayor a 500 grs.) la madre/persona gestante tiene la indicación médica de reposo postnatal de 84 días.
Mariela Jana es psicóloga y coordinadora del Centro de Atención Psicológica (CAP) de la Universidad Gabriela Mistral, quien se especializó en psicoterapia en el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal (Madrid). La profesional plantea que, en nuestro país, aún “cabe cuestionarse: ¿Qué hace una madre que requiera de más de 7 días hábiles para recuperarse de una experiencia tan dolorosa como la muerte de su hijo en gestación? Más allá del avance de la Ley Dominga, la iniciativa en Alemania de reconocer legalmente la opción del periodo de postnatal ayuda a visibilizar que es un tema que tiene muchos más efectos que los que culturalmente nosotros podemos visualizar”.
La especialista complementó que la experiencia alemana “invita a recordar y reflexionar sobre el impacto que una experiencia así puede tener en una madre que espera con ansias a su bebe. Se ha descrito el duelo perinatal como una experiencia compleja que, en caso de ser inesperado, está marcado por un fuerte shock emocional por diferentes factores como la historia personal, la calidad de atención de los profesionales sanitarios, la presencia o no de redes de apoyo. Es una experiencia que posee una importante posibilidad de ser traumatogénica, con severas secuelas”.
La psicóloga Jana explicó que parte de esas consecuencias psicológicas pueden manifestarse como que “muchas madres viven su duelo con constante sentimiento de culpa por lo ocurrido, y muchas veces con una sensación de desautorización para sufrir su duelo. Pareciera que 7 días hábiles son pocos para una recuperación meramente física. Es imaginable que aquella temporalidad es limitada y que se requiera de apoyo para cursar por el duelo, ya que la salud mental puede verse fuertemente comprometida”.
“En nuestra cultura, en nuestros trabajos, en nuestras familias, el duelo perinatal muchas veces es subestimado en magnitud y secuelas. Ante esto, es muy importante que los profesionales de la Psicología puedan acompañar en el proceso, sin necesidad de patologizarlo. Actuando desde la prevención y la educación en dicha materia a sus propios colegas, compañeros de trabajo interdisciplinario, ya que los estudios mencionados nos señalan que la calidad de la atención que ejecutan impacta fuertemente en las mujeres”.