Por Patricia Mackenney
Como muchos hemos podido disfrutar, a través de canales de televisión y redes sociales, un majestuoso pie de cueca dio el puntapié inicial a estas fiestas patrias nada menos que desde el Territorio Chileno Antártico.
Un marino, con su hermoso uniforme, en medio de la nieve y de fondo la bahía congelada, bailaba a nuestro pabellón erguido en un asta, certeros pasos y junto a un pañuelo blanco parece romper el hielo con cada zapateo y concluye con una humilde pero apasiona reverencia y beso a nuestro pabellón… ¡Qué momento más majestuoso!
Este acto tremendamente simbólico nos recuerda el silencioso trabajo que realizan diferentes dotaciones de las Fuerzas Armadas en el continente blanco, manteniendo nuestra soberanía y realizando labores fundamentales para el apoyo logístico para expediciones científicas, así como para el desarrollo de estudios que nos permiten comprender mejor nuestro territorio y el planeta en sí.
Sin lugar a dudas este acontecimiento es un punto de encuentro con nuestra historia, así como el recordar los elementos fundamentales de nuestra Patria, en donde el pabellón nacional es una síntesis de principios y valores republicanos, los cuales son producto de procesos mayores que honran el sacrificio de hombres y mujeres en más de 211 años de vida independiente.
También nos recuerda el importante rol de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, puerta de entrada natural al continente blanco y soporte de nuestro Territorio Chileno Antártico, lo cual nos obliga a pensar a futuro en torno a la necesidad de políticas públicas e infraestructura coherente con este desafío, en donde hemos dado algunos pasos relevantes pero debemos seguir avanzando en forma decidida y concreta.
Plantear alianzas público y privadas es fundamental, pero también la de generar una cultura antártica, siendo conscientes de nuestra cercanía y también de nuestro rol con tan importante territorio, en donde la historia de nuestro país tiene páginas escritas en oro en aquellas latitudes, como lo fueron la hazaña de Piloto Pardo, la fundación de bases y estaciones antárticas, así como la consolidación de un pensamiento geopolítico tricontinental.
Es de esta forma que el pie de cueca en Base Naval “Arturo Prat” de la Armada de Chile nos recuerda lo importante de nuestra historia patria, estableciendo un hermoso punto de encuentro, pero también un desafío a futuro que como región debemos ser capaces de visualizar con perspectiva de largo plazo y trabajando en equipo.