Desde mi Balcón Natalino: «Puerto Natales: ahora le toca a la cultura»

El alcalde Fernando Paredes debe estar desilusionado, ello porque su idea de un Centro Cultural que defendió ante el Core, no trajo la irrupción de organizaciones natalinas apoyando tan ilustre iniciativa, bastante contrapuesta al quehacer comunal tradicional.

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El alcalde Fernando  Paredes debe estar desilusionado, ello porque su idea de un Centro Cultural que defendió ante el Core, no trajo la irrupción de organizaciones natalinas apoyando tan ilustre iniciativa, bastante contrapuesta al quehacer comunal tradicional. Es posible se haya dado cuenta que la felicidad del cemento es momentánea, pues, cada cual ya considera un derecho adquirido, en nuestra sociedad moderna tener calles y veredas pavimentadas. En algún momento, nuestra primera autoridad, tomó conciencia que las personas necesitan satisfacer, necesidades superiores, esas que llenan el espíritu. 

Puerto Natales se ha ido convirtiendo, gracias a su calidad de ciudad turística, en una “ociurbe”, es decir, aquí llegan muchos visitantes a vivir sus momentos de ocio; su casco urbano se ha tornado atractivo para visitantes lejanos, sobre todo para los jóvenes, pues el viajero puede recorrerlo sin aprensiones. Es posible se deba a que muchos de sus “handbook” -libros de recomendaciones para el viaje- atestiguan su carácter de ciudad acogedora, con habitantes receptivos, nativos atentos, que aún no escriben en las paredes “Turistas go home”. 

Un habitante natalino observador, ya debe haberse dado cuenta, que el mayor objetivo para el visitante, después de establecerse en un lugar de hospedaje es partir hacia la Costanera; llegar al derruido muelle Braun y Blanchard y fotografiar esa postal que lo hizo soñar en su país de origen con estos territorios exóticos y lejanos. Todo este ritual, ante un santuario de la naturaleza, con ese escenario imponente de nuestras cordilleras como  hemiciclo, accidente geográfico que nos permite ver puestas de sol alucinantes, sin la falsificación de otros escenarios; no ha habido decreto ni municipal ni estatal para establecer -el viejo muelle- como sitio de peregrinación. 

Un alcalde de una ciudad receptiva de la importancia de la nuestra, en donde se ha producido un reordenamiento urbano y poblacional de proporciones, le hace bien valorar a quienes han llegado para poder llevar adelante este gran proyecto. Se han unido voluntades en Puerto Natales, para hacer de este lugar, un destino donde satisfacer los afanes de aventura del visitante. Es la actividad económica que persistirá. La retractilidad y fragilidad de un destino turístico depende en parte importante del comportamiento de la población nativa. 

Una vez pavimentadas todas las calles y veredas, alguien tendrá que preocuparse, por el alma del pueblo; bien decía Taky Ongoy, “una tierra sin memoria no nos cobijará jamás”, frase sabia para estos días de celebraciones centenarias. En enero la celebración del centenario de los sucesos del 23 de enero de 1919, trajo una inquietud por nuestra historia, llena de acontecimientos difíciles de encontrar en ciudades pequeñas y lejanas como la nuestra. Actividades culturales y artísticas con altas concurrencias de público en busca de mensajes edificantes.

Quedará una bonita plaza para recordar a los mártires del 23 de enero de 1919. Con una verdad  histórica sesgada, pues nadie reconoce el sacrificio de los carabineros caídos; negados por su propia institución, con el argumento, que Carabineros como institución tuvo su origen en el año 1927. Pobre argumento. Eran muchachos campesinos de la zona central, obligados por su mando a defender las instalaciones de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego. Lejos está compararlos con esos carabineros de los años dictatoriales que mataron  comprometidos con la doctrina del terrorismo de Estado.

El alcalde Paredes ha asegurado que necesita un Centro Cultural, un lugar físico donde generar creación y conocimiento. Desgraciadamente no podemos mostrar una tradición cultural. Hay que partir y recuperar el tiempo perdido. No está mal recordar que la Corporación Municipal natalina, tiene espacios físicos, pues los metros cuadrados dedicados a la educación, están sobredimensionados respecto del número que atiende.

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