Enfermo de cáncer denunció abandono y poca empatía en el hospital de Puerto Natales

José Soto junto a su esposa Menita Cárcamo. Foto Gabriel Leiva

Un reclamo público por la desidia y la poca empatía con la que fue atendido en el hospital Augusto Essmann realizó el conocido vecino natalino, José Soto Bárcenas, quien se encuentra hoy en tratamiento para superar un grave cáncer que le afecta.

Aunque el hecho se produjo hace cuatro meses, recién pudo hacer la denuncia porque durante este periodo estuvo en Santiago tratando de superar la grave enfermedad. Su afán, aclaró, es que se mejore la atención en el hospital natalino y que otros pacientes no pasen lo que le tocó vivir.

Soto Bárcenas de 49 años, casado, padre de una hija, es funcionario del Servicio de Registro Civil en Puerto Natales.

El 15 de mayo de este año, durante la amanecida, sintió un fuerte dolor en el costado derecho del abdomen, lo que le obligó a trasladarse al Servicio de Urgencia del hospital de Natales. En el lugar el médico de turno le suministró calmantes para aliviar el dolor y al ver que éstos continuaban, procedió a realizarle un escáner. A las 9 de la mañana le informó que debía quedarse en el hospital porque “tu escáner salió malo”. Al consultarle, le manifestó el médico que tenía una metástasis en el hígado y que “por lo tanto tenemos que identificar dónde esta el tumor primario”.

Al recordar ese momento Soto manifestó que “no asimilé que me estaba hablando de un cáncer” por lo que hoy considera que una información de ese tipo debe ser entregada al paciente cuando se encuentre acompañado y luego recibir la contención de un profesional psicólogo (el hospital contaría con cuatro de ellos).

Posteriormente, el médico le dijo que debía quedar hospitalizado y que a más tardar al otro día debía ser evacuado al hospital Clínico de Magallanes, en Punta Arenas.

Al ser internado nuevamente le suministraron calmantes para enfrentar el dolor. Sin embargo el traslado nunca se concretó. Cada día le realizaban un nuevo examen, sobre el cual le indicaban que había sido ordenado por el oncólogo desde Punta Arenas. “Hasta hoy no entiendo porqué no me enviaban a Punta Arenas a efectuarme todos esos exámenes. Durante ese tiempo estuve con puros calmantes y me empecé a poner nervioso al ver que no me trasladaban, por lo que decidí escribir todas las dudas y preguntas que tenía en un cuaderno”.

Hasta hoy no tiene una respuesta a esas inquietudes. Entre ellas porqué sabiendo que tenía cáncer no lo trasladaban desde un hospital de mediana complejidad que no cuenta con un oncólogo, a Punta Atenas; porqué la frialdad al informarle de una enfermedad tan grave; porqué pasaban los días y no le hacían los exámenes para determinar el tumor primario; porqué su familia no tenía ninguna facilidad adicional para visitarle (otros reciben un carnet de visitas) para así contenerlo emocionalmente; porqué nunca llamaron a su esposa para informarle; porqué el médico tuvo cero contacto con su familia; porqué no preguntaron cuál era su situación económica y si tenía la posibilidad de atenderse en otro lugar.

Luego se enteró que una serie de personas que lo conocen en Puerto Natales realizaron gestiones para su traslado. Incluso desde el Servicio de Salud le habrían encomendado al médico Jimmy Sanga que averiguara su estado de salud y ver su posible traslado. Sin embargo se habría limitado a preguntarle como estaba, informando hacia Punta Arenas que se encontraba estable y sin dolor. Al intentar tener la versión del doctor Sanga sobre esta denuncia éste indicó ayer, a través de terceras personas, que no podía atender en ese momento porque se encontraba ocupado.

Finalmente José Soto fue informado por una enfermera que nunca se había tramitado su traslado.

Recordó que “llegó el doctor Sanga a verme a quien le dije que no habían tenido ningún gesto humano conmigo y le pregunté qué enfermedad tenía que tener para que ellos consideraran que había que hacer un traslado urgente”. Luego de expresarle todas sus quejas y preguntas le manifestó que su caso lo iba a hacer público para que nadie más viva su misma situación. Ante esa advertencia expresó que “casi inmediatamente me tenía listo el traslado y me esperaba una cama en Punta Arenas”.

Molesto pidió su alta y se retiró del hospital para trasladarse por sus propios medios a Santiago para ser atendido en la Fundación Arturo López Pérez.

Allí confirmaron el diagnóstico inicial de metástasis, con origen en tumores al pulmón que afectaron el hígado, los huesos y ganglios. “Tengo tomado gran parte de mi organismos por el cáncer. Si no hubiera tenido una familia preocupada y amistades no estaría acá”.

Durante los cuatro meses que estuvo en Santiago muchas veces se sintió desfallecer al sufrir de fuertes dolores, fiebre y neumonía. Finalmente no podía caminar, quedando prácticamente postrado. Cuando ya no quedaban esperanzas le indicaron que podía acceder a una droga que era la única que podía ayudarle a enfrentar el cáncer que le afecta, pero que de cinco personas sólo una logra soportar sus efectos secundarios. Hoy se encuentra en tratamiento con Alectinib, fármaco destinado al tratamiento inicial de cáncer de pulmón, de un alto costo.

Ello le ha permitido recuperar peso, fuerza y esperanza.

Su caso lo dio a conocer para que “esto no vuelva suceder en Puerto Natales. Estoy molesto porque considero que fui abandonado, y también molesto por la desidia y poca empatía que vi en el hospital de Natales”.