“La dignidad de la pobreza de un servidor público”

Cuando vemos la situación que hoy en día viven muchos servidores públicos, no podemos menos que contrastarlos con lo vivido en Mendoza por Bernardo O’Higgins, en los meses previos al cruce de la cordillera en busca de la liberación de su Patria.

Para lograr sobrevivir había logrado que le prestaran $300 de la época, los que necesitaba devolver.

Producto de ello le solicitaba a su amigo Ramón Freire, que se encontraba en Buenos Aires, que vendiera una acción de un buque de la que era dueña su madre, para con eso saldar la deuda y comprar algunos elementos básicos y necesarios para emprender la odisea andina.

El primer encargo era la compra de paño azul, ya que no tenía uniformes que lucir, lo segundo era la adquisición de un sable con vaina metálica y del tamaño concordante con su estatura y lo tercero, una maletita acharolada para llevar detrás de su silla de montar, con elementos de aseo.

Como vemos, la lucha de la Independencia lo había empobrecido totalmente, pese a lo cual, no necesitaba más que algunos elementos básicos, para continuar en la lucha por esa libertad, la que una vez obtenida, nos la legó a todos los chilenos, algunos de los cuales parecen no estar conscientes de ello.