Hoy día contamos diariamente mentiras con piel de verdad ya que ésta duele en nuestra alma inmortal.
La verdad quita las máscaras que nos ponemos en nuestra vida personal para así ocultar nuestra vulnerabilidad y nuestra «grandeza» que conquista imperios a veces a golpe de monedas baratas y otrora a golpe de misiles.
Si miramos bien hay actos sencillos que ganan corazones con limpieza y humildad.Y estas acciones no ganan premios nobeles ni osos de plata que al final cabo con el tiempo caen en el olvido porque cayeron en el foso profundo del prestigio perecedero.
Vivimos en un mundo cotidiano de vanidades sostenidas por unos hilos quebradizos que se rompen en la dureza de unos y de otros.
Pero la honestidad penetra como el agua entra y también se desliza buscando nuevos cursos.
¿Quiénes somos al final :maniquíes vacuos que son vestidos como otros desean o almas con cuerpos que tienen alas para amar y crear vida y libertad?