Dos personas, prácticamente a la intemperie, enfrentan las bajas temperaturas de esta época del año. Habilitaron su precario refugio en medio de una pampa, detrás de un jardín infantil, en el sector de la población Octavio Castro. Ambos piden una oportunidad de trabajo

Enfrentando las bajas temperaturas de esta época del año se encuentra una pareja que vive prácticamente en la intemperie, protegida sólo por una pequeña y delgada carpa. Lo más preocupante es que la mujer se encuentra embarazada de cinco meses.

Tal es la precaria situación en que se encuentran Rubí Aguilar González, de 20 años (nacida en Santiago) y el natalino Carlos Muñoz Alvarado, de 38 años.

Hace siete meses se conocieron en Punta Arenas. Ambos trabajaban en una pesquera, sin embargo siempre el tema de la habitación ha sido un problema. Es así que han tenido que vivir en la calle, en el Hogar de Cristo o en casas desocupadas.

Intentando encontrar una mejor opción de vida, Carlos Muñoz decidió retornar a su ciudad natal. Las oportunidades sin embargo le continúan siendo esquivas. Quizás su pasado le persigue, ya que por diversos delitos menores ha pasado 17 años de su vida en la cárcel. Hoy dice que se encuentra alejado de esa vida delictual y lo único que quiere es una oportunidad. “En este momento sólo pido una oportunidad de trabajo y que nos ayuden a enfrentar la precaria condición en la que nos encontramos”.

Trabajo y familia

Manifestó que su idea es poder trabajar y de a poco comenzar a levantar un hogar y formar una familia como él que no ha tenido hasta el momento.

Aunque ayer el sol iluminaba el cielo de Puerto Natales se sentía el frío, como anuncio de los días que llegaran con temperaturas bajo cero. Esa es la condición que tendrá que enfrentar esta pareja por los próximos meses. Por ello, la situación más delicada y preocupante es la de Rubí, quien lleva en su vientre una nueva vida que no sabe lo que están enfrentando sus padres.

Una vida de abandono

Por su parte la vida de Rubí ha sido cruzada por permanentes abandonos. Primero por su madre y luego por su propia abuela. Hace once meses llegó desde Santiago para reencontrarse con su progenitora, sin embargo se trató solo de un breve momento. Luego de dos meses conminada por su madre debió salir a la calle a buscar su porvenir. Este ha sido cruel y falto de oportunidades. Con tercero medio es difícil encontrar un trabajo que le permita salir de su precaria condición. En Punta Arenas conoció a Carlos Muñoz, con quien desde hace siete meses son pareja. Al poco tiempo se encontraba embarazada y lo que debía ser un momento lleno de alegría se ha transformado en una carga difícil de llevar. Hoy no sólo es responsable de ella, sino que también de un niño que está próximo en venir.

Pide una oportunidad de trabajo

Expresó que “lo único que pido es una oportunidad de trabajo. Estos días he sentido un intenso frío difícil de explicar. Todo es más difícil porque estoy embarazada”.

En medio de una pampa detrás de un jardín infantil, en el sector de la población Octavio Castro, levantaron su carpa color azul, la cual cubrieron con un viejo plástico negro para sentirse más protegidos y engañar la mente con el fin de alejar el frío que les recuerda a cada momento que se encuentran en una situación de abandono difícil de imaginar en una región con un clima tan riguroso como es Magallanes.