Por Antonio Yakcich Furche
Presidente del instituto O’Higginiano de Rancagua
Al nacer Chile a la vida independiente, se hizo popular celebrar profusamente el 18 de septiembre de cada año, como lo hacía Bernardo O’Higgins en su época de Director Supremo, pasando a ser una costumbre o tradición hasta nuestros días.
En dichas celebraciones participaban las fuerzas militares, ya sea mediante la ejecución de salvas de artillería, desplazamientos por las calles de la ciudad o presencia en los oficios religiosos, entre otras actividades.
Con el devenir del tiempo su participación, entré otros eventos, se centró en la Gran Parada Militar en honor a las glorias del Ejército de Chile, acto total y plenamente republicano, presidido por el primer mandatario en su calidad de principal autoridad política del país.
Al parecer, las voces aisladas que pocos días atrás pedían que se suprimiera dicha actividad contrastan con la realidad, como pudo comprobarse en la presente Parada Militar en Santiago, la que obtuvo un extraordinario alto rating de sintonía televisiva.
Lo anterior nos lleva a pensar una vez más, que tal vez la expresión; “vox populi, vox Dei”, traducida literalmente como; «la voz del pueblo, es la voz de Dios», debe ser considerada o a lo menos escuchada.
